Hijo de AMLO viaja a Tokio para la inauguración de propiedad de lujo de empresa vinculada a su círculo cercano

Andy López Beltrán, hijo del expresidente de México Andrés Manuel López Obrador, visitó Tokio en julio de este año para coincidir con la inauguración de una propiedad de lujo administrada por la empresa Annex, encabezada por Diego Jiménez Labora, considerado un amigo cercano de la familia. De acuerdo con información difundida por Latinus, la visita de López Beltrán ocurrió el 22 de julio, fecha en que la plataforma de hospedajes de lujo presentó oficialmente su primera residencia en Japón, marcando así su entrada al mercado asiático.

La presencia del hijo del exmandatario mexicano en la capital japonesa ha generado diversas reacciones debido a los antecedentes empresariales de Jiménez Labora, quien ha ocupado posiciones clave en compañías que, de acuerdo con reportes, han sido beneficiadas con contratos públicos durante los últimos años. Dichas relaciones y movimientos empresariales han alimentado especulaciones sobre posibles conflictos de interés vinculados al entorno cercano de López Obrador.

La inauguración de la propiedad estuvo acompañada por la promoción realizada por Seth Peterson, socio estadounidense de Jiménez Labora, quien mantiene vínculos empresariales previos con Andy López Beltrán. Peterson, quien fundó con López Beltrán la empresa SRPPROP en 2021, anunció en sus redes sociales la apertura de la residencia para reservaciones desde el mismo día del evento en Tokio.

Se reporta que entre el 15 y el 29 de julio, Andy López Beltrán fue visto en diferentes ubicaciones de Tokio, destacando su presencia en el hotel Okura, ubicado a poca distancia de la nueva residencia de Annex. Estas apariciones públicas han sido interpretadas como una posible consolidación de relaciones empresariales internacionales por parte de figuras cercanas al expresidente, en un contexto donde los intereses privados y políticos convergen.

La expansión internacional de Annex hacia el sector de turismo de lujo en Japón se da en paralelo al crecimiento de la empresa en México y Estados Unidos, así como a la participación de sus directivos en actividades empresariales relacionadas con adquisiciones gubernamentales. La situación ha puesto bajo la lupa los vínculos entre los negocios internacionales y el entorno político mexicano, alimentando investigaciones y cuestionamientos sobre el uso de las redes de poder para impulsar empresas privadas en el extranjero.